martes, 8 de diciembre de 2009

Reseña de La Señal.

DEL CORAZÓN DE UN HOMBRE: JAIME SABINES.


Mayra Isabel Martínez Graciliano.

 Jaime Sabines “La literatura ha sido para mí, un goce íntimo no una profesión”

La señal.

Jaime Sabines Gutiérrez nació en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas el 25 de Marzo de 1926 y murió en la ciudad de México el 19 de marzo de 1999. Fue uno de los mejores poetas contemporáneos a decir de Octavio Paz. Tuvo una existencia ambivalente, por un lado la fortuna le sonrió se convirtió en poeta admirado, se casó con el que parece fue su único y verdadero amor, obtuvo cargos políticos importantes, pero también sufrió a los cerca de treinta años un accidente que le dejaría secuelas de por vida, en silla de ruedas al final de sus días, una gran cantidad de dolorosas operaciones y un cáncer del que no logró sobrevivir; sin señalar las duras críticas que recibió durante toda su vida por no solidarizarse con la causa indígena.
En cuanto a los premios que recibió durante su carrera literaria podemos contar el Xavier Villaurrutia por Maltiempo en 1972, el del estado de Chiapas en 1959, el Elías Souorasky en 1982 y finalmente el premio Nacional de las Letras en 1983.
De sus constantes viajes a la ciudad de México y el estado de Chiapas tenemos los estados que rigen su obra, uno marcado por la desesperanza, el otro por un tenaz halo de luz y una línea que recorre ambos de principio a fin, el amor. En poemarios como Horal (1950) o La señal (1951) prevalece el tema de la soledad, la muerte y la deshumanización de la sociedad. Para sus posteriores poemarios se acercaría en mayor medida al erotismo, a las metáforas y al amor como es el caso de Adán y Eva (1952), Poemas sueltos (1951-1961) y Yuria (1967); en Tarumba (1956) considerado su mejor libro, encontramos la voz más clara de Sabines, las imágenes más construidas y personales, notas tristes y de duelo son las que observamos en Algo sobre la muerte del mayor Sabines (1973).
La señal se encuentra compuesto por tres apartados I. La señal, II. Convalecencia y III. El mundo, en el primer apartado los poemas constan de unos cuantos versos duros y profundos, abocados todos a la muerte, la soledad y la desesperanza, algunos de los títulos son: Del corazón del hombre, De la noche, Del adiós, Del mito, Del dolor; para Convalecencia encontramos cierta luz, cierta esperanza contra toda la bruma pasada, la sentimos en los ojos de la cojita embarazada o en la música de Bach, pero la soledad es insalvable en el alma del poeta, en El mundo aparece el temor, el presagio, de nuevo el vacío, la entrega a las penalidades que la vida depara, la conciencia indisoluble de nuestro ser para la muerte.
En su obra, Sabines expone los temas universales de la poesía: el amor, la muerte, la soledad, pero también desentraña y devela los miedos del hombre sea cual sea su condición, habituados todos a la individualidad de la sociedad actual, parecemos habitantes de cuevas lejanas y únicas, desinteresados por los otros y aún por nosotros mismos, la poesía de Jaime Sabines viene a recordarnos que sus miedos y vivencias son también los nuestros.

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